Fotografia: La mirada con el burka de un harem, Estambul. |
Puede que seamos simples humanos,
dejamos atrás los sentimientos
para así que nos guíen los pensamientos.
Nos perdemos en un un mar de caminos,
en los que hay mil destinos.
Quizá es preciso,
dejar este camino
volver a la noche del ayer
retomando el camino de la verdad
y volver a la felicidad.
En la vida
no todo son penas.
Existe la amargura,
al creer que no hay cura,
deja que fluyan las lagrimas
pues sucede en todas las vidas.
Y mil lagrimas lloran,
lagrimas arrepentidas,
lagrimas piadosas,
junto a las compasivas,
lagrimas enamoradas,
y también lagrimas contentas...
Existen un sin fin de ellas
resaltando en las caras,
todas buscan una oportunidad
mientras parpadean las pestañas
las sonrisas se aflojan
y los ojos lloran,
en busca de libertad.
Laia Monera
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