Si todo fuese tan fácil como respirar, el volar seria como flotar, es probable que esa sea la razón por la que uno empieza a subir montañas pues más que culminar cimas a veces se busca completar un sentimiento que nos hace un poco más libres. El ser humano siempre se ha visto carente de libertad, pues siempre ha admirado esa sensación que ha tratado de alcanzar por todos sus medios. Dicen que las aves son los seres vivos con mayor libertad, yo creo que son libres porque solo ellas pueden llegar lo más cerca del universo por sus propios medios.
Al contemplar el cielo nos acercamos a comprender parte del universo, parece que éste caiga encima de ti pero a la vez es inalcanzable, es algo tan inmenso que aparentemente no tiene principio ni fin. Quizá al ser uno de aquellos “imposibles” sea la razón por la que hemos luchado para combatir con ello. A lo largo de los años se ha buscado un acercamiento a esas nubes burlonas que nos llaman. Se ha intentado diseñando edificios, conquistando cimas, etc. Sin embargo, hemos logrado ser como un pájaro mediante inventos rudimentarios con alas, globos de aire e incluso grandes construcciones pesadas que parecen ya obras de arte a pesar de usarlos como transporte.
A pesar de nuestros artilugios todo hombre observa ese horizonte como algo digno de ver, pues éste es el único privilegiado de contemplar ese punto de interacción, su llamada nos cautiva pidiendo armonía en esa batalla entre el mundo terrenal y celestial.