lunes, 24 de agosto de 2015

Todos somos bombones


Fotografía: Ruta por los ibones, Picos del Aneto

Cuando haces cima, cuando contemplas un paisaje espectacular o simplemente cuando te relajas puede suceder. Mi mente divaga por espacios que resultan ser más grandes que el mismo universo, llegando así al punto de perderme en la idea originaria de esa sucesión de reflexiones del mismo modo que empiezas a charlar con alguien y la conversación empieza y acaba en rumbos opuestos. Tan lejos he ido que debido poner metáfora en mis ideas dispersas pero unidas por algún punto pues sentido si tenían. De este modo me ha brotado una escena de la famosa película Forest Gump y en cierta manera me ha dado un marco donde poner mi cuadro mental de esta noche. Aquí os cuento el resumen del viaje de mi ideas.

LLega un día en el que decides abrir el papel que te envuelve, si, porque todos somos bombones, quieres descubrir no solo como eres de forma superficial sino también que hay en lo más interno de ese dulce. Decides que quizá todas aquellas cosas que te acercan a la felicidad solo te desvelan parte de tu secreto, de ese sueño que aun desconoces. En ese momento, te das cuenta que es importante saber que quieres en tu vida, saber que tipo de vida quieres, que esperas de ella y que quieres hacer con ella. No todo son aspiraciones u objetivos, a veces simplemente se trata de caminar buscando la realidad de lo que tienes delante tuyo. Ese es mi método para descubrir que futuro quiero. El que diga que ya lo sabe quizá es porque ha ido a lo fácil, a los estereotipos que tocan por edad, clase social, o porque esta centrado únicamente en un pequeño sueño y no en la felicidad completa.

Tu felicidad vale suficiente como para luchar por ella, si no sabemos que sabor tenemos es porque nos falta descubrir que ingredientes nos hacen, y cuando los descubrimos el trabajo no ha terminado porque entonces queda perfeccionar ese sabor a nuestro gusto y no al de la sociedad. Se debe asumir que ingredientes fallan, cuales faltan o sobran en la receta, esos cambios son los que nos harán ser auténticos, vivir como nosotros queremos alcanzando nuestra esencia, demostrando al mundo que somos puros a pesar de vivir en un mundo globalizado en el que ya se nos define desde que nacemos. Para saber de que estamos hechos tenemos que ponernos a prueba, y si, esa mordedura probablemente nos hará caer, nos hará daño, pero también nos descubrirá una faceta de nosotros que no conocíamos. Quizá desvelará el secreto de esa receta que por mucho que busquemos nunca estará completa pues vamos en constante evolución, la vida es aprendizaje y aunque aún no sabemos si viajamos en círculo o línea recta esta claro que existe un movimiento que nos afecta, porque aunque seamos bombones nunca estamos listos para ser el bombón perfecto.

Si, la vida es una caja de sorpresas, pero no porque no sepamos lo que ocurre en ella sino porque el mundo de la personalidad, de las personas, las sociedades, es tan amplio que lo hace complejo y eso hace que la vida sea sorprendente porque nunca hallamos la pureza de cada ser humano. Nos podremos acercar a conocer a nuestros queridos e incluso, quizá queriendo y con ayuda de los demás, a nosotros mismos, pero cierto es que desconocemos de que esta hecho cada bombón, ni siquiera sabemos de que estamos hechos nosotros mismos...
¿O acaso nunca te ha cambiado el gusto respecto a un alimento?

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